jueves, 24 de febrero de 2011

Todo está iluminado a la luz del pasado.

El temor constante a olvidar nos hace elegir ciertos objetos y guardarlos como el más grande tesoro de nuestra memoria. Fotografías, entradas al cine, papeles, pétalos de flores y un montón de cosas que para algunos no son nada más que basura, para otros significa el contacto más directo con el pasado, con la propia historia.
Lo mismo ocurre a un nivel macro ¿A quién más que a la humanidad le importa que el hombre haya pisado la Luna? ¿A quién más que a Chile le interesa la llamada cápsula del bicentenario? (aunque opinemos que las cosas que allí hay son una mera estupidez). Si nos enfocamos en la buena intención de aquella capsula, su objeto es guardar por cien años más  lo que a los chilenos del 2010 les parecía interesante conservar, lo apropiado de recordar, lo que tememos olvidar, aunque muchas de esas cosas deseamos olvidar o hacer creer que no existieron.
Tal como ocurre en esa cápsula del bicentenario, la película “Todo está Iluminado” (2005, director Liev Schreiber) nos cuenta la historia de Baroch, un anciano ucraniano que tras muchos años de ocultar y “olvidar” parte de su historia personal se reencuentra con su pasado, por cierto muy duro de recordar marcado con el Holocausto Nazi.
Baroch nunca se hubiera reencontrado si no fuera gracias a Jonathan Safran Foer, un joven judío coleccionista que viaja a Ucrania para reconstruir la historia de su familia, y sin quererlo termina reconstruyendo, también, la historia de Baroch, su pasado, sus recuerdos, su presente.
Jonathan Safran Foer, al igual que cada uno de nosotros (pero en mayor y mejor medida) es un coleccionista de cosas familiares. En cada una de las bolsas que colecciona, no guarda sólo fotografías, pendientes, tierra, dibujos, placas de dientes… sino que por sobre todo, está perpetuando parte de su historia, la que lo llevó a viajar desde Estados Unidos hasta Ucrania para resolver el misterio de una fotografía que su abuela le entrega antes de morir. Jonathan Safran Foer lo único que busca, por medio de la rígida búsqueda que realiza en el país eslavo es “iluminar a la luz del pasado” su historia, la historia de su abuelo y la historia de la familia de Baroch.
La película nos muestra la labor del historiador, la labor de reencontrarse con el pasado y entenderlo, hacer que sea el pasado la luz del presente. Pero aún más que eso, la película nos representa a cada uno como persona, y cómo en nuestra vida somos pequeños coleccionistas de nuestra historia (algunos más ordenados que otros), guardando pequeños detalles que, esperamos, nos ayuden a recordar para toda la vida.
“Todo está iluminado” es de esas pocas películas buenas que nunca tuvieron demasiada publicidad, y que al leer la contratapa parecen ser aburridas; además la imagen de Elijah Wood, con sus grandes lentes y rodeado de muchos girasoles hacen que miremos la película con cierta desconfianza antes de arrendarla o bajarla. Sin embargo, una vez pasando esas ideas absurdas nos encontramos con una película emotiva, un muy buen guión, que toca el tema del holocausto sin ser mamona ni repetitiva, con una excelente música eslava y que cada vez que la vuelves a ver te sorprende con algo que habías dejado pasar la vez anterior.



jueves, 17 de febrero de 2011

"Santas Putas"

La semana ante pasada estaba en Iquique disfrutando del Miami de Suramérica, cuando nos enteramos que justo ese día comenzaba la tercera versión del festival de Cine independiente de Iquique, así que obviamente aprovechando la oportunidad fuimos a darnos una vuelta.





La película de la apertura trataba sobre la desaparición de una serie de adolecentes, todas vecinas y alumnas del mismo liceo. Las familias recurren a la policía donde son ignorados y humillados, centrando la investigación en la hipótesis de que las jóvenes han huido de su hogar para prostituirse, ya que todas eran drogadictas. En esta parte de la película es cuando aparece una sexta satánica que roba jóvenes mujeres y todo el caso es resuelto por Keanu Reeves.
Lamentablemente la película no era de ficción y no estaba filmada en Hollywood, era un documental chileno, así la realidad aplasta a medida que el documental avanza y podemos ver a familiares de las jóvenes que nos cuentan cómo son ignorados y humillados por la PDI, Carabineros, intendencia, autoridades del liceo… para no hacer esta columna eterna son ignorados por todo el país, ya que tanto el gobierno local, como las autoridades nacionales apoyan la tesis de carabineros y no se realiza ninguna investigación seria sobre los casos. Así pasan los años (para ser más exactos 3 años) y después de 14 asesinatos el caso se resuelve gracias a una joven que sobrevive y denuncia a un vecino de las jóvenes, el cual había violado y asesinado a las jóvenes desaparecidas. El presunto asesino es detenido y confiesa los crímenes después de haber sido torturado por dos días.
Con los meses, Julio Pérez Silva  se retracta e inculpa a varios carabineros en el caso, la duda se apodera del espectador y uno se pregunta sobre si los motivo de la negligencia en la investigación es incompetencia, discriminación o tal vez había alguien involucrado que no quería que el caso fuese resuelto, alguien involucrado en las violaciones y en la investigación de forma paralela. La comunidad afectada hizo de esto parte de su memoria y ha transformado a las víctimas en unas pequeñas santas que ayudan a sanar enfermedades del cuerpo y del alma para quienes les piden su intervención. El relato de Veronica Quense, orienta esta película hacia dos nortes, uno es la violencia contra las mujeres y, por otra parte, la discriminación que se transforma en un elemento estructural de la sociedad chilena, el abuso y uso del poder pasa a ser el tema de este excelente trabajo, el cual con un lenguaje cinematográfico sencillo, pero utilizado con inteligencia logra relatar una historia que todo cientista social debe ver y que toda persona tiene que conocer.





“Santas Putas” fue estrenado el 2010, dirigido por Veronica Quense, documentalista chilena de una gran trayectoria, nos regaló una película que fue la guinda para la grata sorpresa que nos tenían preparados los cineastas y cinéfilos del tamarugal. Así que ahora sabemos que en Iquique están los mejores completos del mundo (Dinámico), las mejores olas, buenas playas, chumbeques y buen cine.

*Quieres saber mas de esta película
http://www.santasputas.cl/
http://www.veronicaquense.cl/
http://www.eltejon.com/festival/